Llega un joven desesperado a una farmacia, donde le atiende una mujer madura.
– Señora, tengo un problema serio, sufro de erección permanente, ¿qué me puede ofrecer?
La señora guarda silencio por un tiempo con los ojos muy abiertos y le dice:
– Pues tengo esta farmacia en propiedad, un piso y una casita en la playa.

Ring, ring…
– ¿Sí?
– Doctor, doctor, mi mujer está a punto de dar a luz!
– ¿Es su primer hijo?
– No, soy su marido.

Un mexicano borracho a otro:
– ¡Que viva la Menstruación!
– Compadre, querrá decir que viva la Revolución!
– Es lo mismo…; lo importante es que corra sangre.

– Anoche mi vecino tuvo un ataque de locura; a las 3 de la mañana empezó a dar golpes en la pared.
– ¿Y qué hiciste?
– Nada …, seguí tocando la batería…

– ¿De qué se le acusa?
– De haber hecho mis compras navideñas con anticipación.
– Pero eso no es un delito, ¿con cuánta anticipación las hizo?
– Antes que abrieran la tienda.

– ¿Así que tu abuelo murió en la consulta del médico? ¿y el médico qué le dijo antes de morir?
Le dijo: – Cuente conmigo, señor: cinco, cuatro, tres, dos…”

Dos madres se encuentran en el descansillo de la escalera y una le dice a la otra:
– ¿Qué tal tu hija?
La otra contesta:
– De maravilla, después de hacer la entrevista para ese trabajo que te dije la escogieron, en 2 semanas la han ascendido de administrativa a jefa de sección, el jefe le ha dado un coche de la empresa y ahora le va a alquilar un apartamento cerca de la oficina para que tarde menos en llegar al trabajo. ¿Y la tuya?
– Pues la mía igual de puta pero con menos suerte.

Doctor y qué puedo hacer para que durante las vacaciones mi mujer no quede embarazada?
– Llevársela con usted.

– Fuí al medico y me ha quitado el güisqui, el tabaco y las drogas.
– Pero, vienes del médico o de la aduana?

El post operado al cirujano:
– Doctor, entiendo que se vista de blanco, pero por qué tanta luz?
– Hijo mío, soy San Pedro…

Después de examinar a un alcohólico crónico, el médico le dice:
– No encuentro la causa de sus dolores de estómago pero creo que se debe a la bebida.
– Bueno, entonces volveré cuando usted esté sobrio.

Yo no me fío de los cirujanos: son expertos en manejar cuchillos, se ponen máscaras para que no los reconozcan y usan guantes para no dejar huellas.